Una película es resultado del trabajo conjunto de muchas personas segmentadas en diferentes departamentos, con el único objetivo de crear un relato de ficción acorde a las expectativas que en un principio se marcaron guionista, productor y director. Ese trabajo, aunque oculto a los ojos del espectador, es vital. Es una labor solidaria y conjunta, que arranca en una idea, en un guión. Tras el visto bueno del productor ejecutivo, y bajo la supervisión de un director, empieza el trabajo de preproducción. Del buen quehacer en esta fase depende gran parte del éxito de la película. En primer lugar, tendremos que buscar ese aire que respirará la película, ese espacio fílmico y los actores que encarnarán a los diferentes personajes. Hablamos del casting de actores y, situándonos en lo que nos ocupa en este post, la selección de las localizaciones. Para esta labor de búsqueda de espacios y ambientes que encajen con el guión, existen algunos profesionales reputados, pero es una profesión venida a menos, y, actualmente, son tan solo una treintena los profesionales que se dedican a ello en España.
En esta temprana fase de la preproducción, puede intervenir la figura profesional del localizador, y además, junto a esta o sin ella, el director y el jefe de producción, el ayudante de dirección, distintos jefes de equipo, y otros como especialistas o asesores. Evidentemente, es importante que a la hora de realizar la selección de la localización estén aquellos con las máximas responsabilidades en la obra, incluyéndose los jefes de departamentos que pueden tener trascendencia en la localización en cuestión. Por ejemplo, puede estar el jefe del departamento de atrezzo y vestuario, y llegar a la conclusión de que aunque la localización es atractiva, quizá no case del todo bien con el estilo del vestuario de los actores.
El localizador o el equipo encargado de realizar esta labor, deberá presentar varias opciones, y tener alternativas. Se deben valorar aspectos operativos para la grabación. Si la localización no es operativa, aunque sea idílica, puede acarrear gastos de producción innecesarios y pérdida de tiempo que acaba suponiendo un desfalco presupuestario. Tiene que trabajarse de forma exhaustiva y detallista, haciendo incapié en las necesidades y limitaciones de cada localización presentada. Por último se elabora una ficha o memoria de localizaciones. Se trata de un documento por escrito y con apoyos visuales: croquis, planos, fotos, vídeos…, que incluye las siguientes informaciones:
• Dirección y datos de contacto.
• Características técnicas.
• Observaciones varias.
• Anexos: rutas, accesos, fotos, vídeos…
• Aparcamiento, carga-descarga y ubicación materiales.
• Fotos útiles.
Se tiene que pensar en todo, ya que una vez en la localización no se pueden cometer errores que supongan retardos y sobregastos en la fase de producción. La premisa debe ser no dar nada por sentado. Hay que preveer, tener en cuenta las distancias a servicios de interés (transporte público, restaurantes…), y documentarse a fondo sobre el lugar, entre otras muchas cosas.
En definitiva se trata de un trabajo duro, que exige realizar muchos kilómetros, y tener una actitud abierta ante todo lo que nos rodea, pero que es clave en el resultado final de cualquier producción audiovisual.
Para terminar, dejamos algunas fotos curiosas y representativas en la historia del cine, de localizaciones reales y sus homólogos en la ficción. Además, incluimos una interesante noticia relacionada con las localizaciones de la serie Hispania de Antena 3.
Esperamos que os gusten.
- Alejandro Amenábar eligió este palacio situado en Arenas de Igulla, Cantabria, para su película «Los Otros».
- Esta mansión cántabra, envuelta de niebla creaba el ambiente misterioso que buscaba Alejandro Amenábar.
- Edificio de la película «El Exorcista» sita en el distrito de Georgetown.
- Captura de Star Wars con la Plaza de España de Sevilla al fondo.
- Este fue el hotel elegido para la película de «El Resplandor».
- El Parque Nacional de Tongariro en Nueva Zelanda fue el paraje arido idoneo que se buscaba para la tierra de Mordor.
- Nueva Zelanda ofreció a Peter Jackson ese mundo terrorífico y casi apocalíptico que buscaba para recrear Mordor.
- Este planeta ficticio de «Star Wars» curiosamente toma su nombre de la región tunecina de Tataouine, donde se rodaron varias escenas de la película de George Lucas.
Trabajo de localización para la serie de Antena 3 «Hispania»